En pocas palabras, el final de la película sugiere que casi todo lo que pasó en el hogar francés fue simplemente la imaginación de Sarah Morton (Charlotte Rampling). La película es más bien como un relato de la venganza de Sarah contra John y la exploración de sus esfuerzos creativos. En la escena inicial, donde Sarah intenta ignorar a un admirador, se establece que le molesta todo lo que había escrito anteriormente. Así que cuando llega a la villa de John, se inspira en ella e inventa un thriller anticrimen sólo para burlarse de John y sus expectativas.

La Julie que vemos en la villa no es más que un mero personaje de su libro. Aunque es completamente opuesta a la Julie real que vemos al final, la Julie ficticia es sólo un reflejo de las frustraciones, fantasías y tal vez incluso la juventud de Sarah. El comportamiento promiscuo y descuidado de Julie también alude a cómo Sarah percibe ahora a John. Entre todos los hombres mundanos con los que Julie se acuesta, el último resulta ser un camarero local, con el que Sarah queda una y otra vez. Es el mismo hombre por el que se sintió atraída en los momentos iniciales de la película. Y así, ella lo convierte en otro personaje de su historia: un joven francés guapo que se siente más atraído por ella que una perfecta belleza francesa.

También hay ejemplos en la película que sugieren que Julie es un mero reflejo del pasado de Sarah. La mira con asombro cada vez que trae hombres a casa. En otra escena, Sarah se acerca a Julie y afirma que ha tenido su parte de sexo y alcohol en el pasado. Incluso hacia el final, cuando se acuesta con el jardinero para evitar que encuentre el cadáver, se convierte en la encarnación de Julie, una representación de su pasado corrupto. Hay un pequeño punto argumental en la película, o debería decir en el mundo ficticio de Sarah, donde Julie habla de su padre quemando un libro que su madre había escrito. Julie recuerda que su madre escribió un libro sentimental, pero su padre no lo apreció. Hacia el final, cuando Julie se dirige al sur, deja el manuscrito de su madre con Sarah.

Toda la idea detrás del manuscrito sirve como una metáfora de la vida real de Sarah. Al igual que la madre de Julie, John sólo lo aprecia cuando Sarah escribe ficción erótica para él. Pero al final, Sarah decide desafiar a John por una vez y escribe lo que quiere. Como resultado, al escribir algo sentimental, revive el "manuscrito ficticio quemado" de la madre de su personaje. Varias escenas de la película también critican los tropos estándar de la ficción erótica. La forma en que Sarah se vende al jardinero, las escenas del crimen sin sangre, y la aparición de repentinos puntos de la trama durante el tiempo de duración de la película, todo esto podría parecer como discrepancias en la película. Pero son la forma en que Sarah muestra lo absurda que es la típica ficción criminal. John finalmente siente la sátira en su escritura, y por eso rechaza su libro. Desafortunadamente para él, era algo que Sarah esperaba.