Los liberales, liderados por el líder de la mayoría Munson (Walter Pidgeon), luchan por conseguir que el defensor de la paz Robert Leffingwell (Henry Fonda) sea confirmado como Secretario de Estado. Los conservadores, liderados por el senador Cooley (Charles Laughton) de Carolina del Sur, luchan para derrotar su nombramiento. Las discusiones se ponen feas y las tensiones son elevadas.

El senador liberal Van Ackerman (George Grizzard) chantajea al senador conservador de Utah Brig Anderson (Don Murray) amenazándole con revelar una relación homosexual que tuvo en su día. Anderson se suicida. El líder de la mayoría del Senado se da cuenta de lo que hizo Van Ackerman, y éste cae en desgracia y es rechazado por todo el Senado.

La tragedia hace que todos los senadores de ambos bandos bajen el tono de su retórica y sometan a Leffingwell a una votación directa. La votación termina en empate, lo que significa que el vicepresidente Hudson (Lew Ayres) debe emitir el voto decisivo.

Justo antes de que el vicepresidente pueda votar, llega la noticia de que el presidente ha muerto. El Vicepresidente Hudson vota en contra de Leffingwell, ya que él mismo será pronto el Presidente, y quiere elegir a su propio Secretario de Estado. Nombrará a un nuevo candidato, y todo el proceso de confrmación comenzará de nuevo.