La película se centra en los autores de las matanzas indonesias de 1965-66 en la actualidad. El genocidio supuso el asesinato de casi un millón de personas, aparentemente por pertenecer a la comunidad comunista local. Cuando Suharto derrocó a Sukarno, el presidente de Indonesia, tras el fallido golpe de Estado del Movimiento 30 de Septiembre en 1965, los gánsteres Anwar Congo y Adi Zulkadry en Medan (Sumatra del Norte) pasaron de vender entradas de cine en el mercado negro a dirigir el escuadrón de la muerte más poderoso de Sumatra del Norte. También extorsionaban a los chinos étnicos como precio para conservar sus vidas. Se dice que Anwar mató personalmente a 1.000 personas.

Hoy, Anwar es venerado por el ala derecha de una organización paramilitar, Pemuda Pancasila, que surgió de los escuadrones de la muerte. La organización es tan poderosa que entre sus líderes se encuentran ministros del gobierno que están abiertamente implicados en la corrupción, el fraude electoral y la expulsión de personas de sus tierras para los promotores.

Invitado por Oppenheimer, Anwar cuenta sus experiencias matando para las cámaras, y realiza escenas que representan sus recuerdos y sentimientos sobre los asesinatos. Las escenas se producen al estilo de sus películas favoritas: de gángsters, del oeste y musicales. Se muestran varios aspectos del proceso de filmación de Anwar y sus amigos, pero a medida que se profundiza en las experiencias personales de Anwar, las escenas recreadas comienzan a tomar el control de la narración. Oppenheimer ha calificado el resultado de "documental de la imaginación".

Algunos de los amigos de Anwar afirman que los asesinatos fueron un error, mientras que otros se preocupan por las consecuencias de la historia en su imagen pública.

Después de que Anwar haga de víctima, no puede continuar. Oppenheimer, desde detrás de la cámara, afirma que fue peor para las víctimas porque sabían que iban a ser asesinadas, mientras que Anwar sólo estaba actuando. Anwar expresa entonces sus dudas sobre si ha pecado o no, diciendo entre lágrimas que no quiere pensar en ello. Vuelve a visitar la azotea en la que, según él, se produjeron muchos de sus asesinatos, y tiene repetidas arcadas mientras describe cómo había matado a gente durante el genocidio. Antes de que empiecen a rodar los créditos, se ven las bailarinas del cartel de la película.