El amigo de Megan, Richard, es el asesino que usa la iglesia para encontrar a sus víctimas. Sólo está fingiendo estar confinado a una silla de ruedas.

Richard intenta matar a Megan, pero ella escapa y le dispara causando que se caiga al río.

Megan es entonces hospitalizada por su enfermedad mental. Mientras yace atada a una mesa tiene visiones de Richard en una nueva iglesia acechando a una nueva víctima.

Una por una las tres víctimas la persiguen de pie alrededor de la mesa, y aparecen otras nuevas también, aludiendo a que la matanza aún continúa. Silenciosamente Megan jura salir, encontrar y matar a Richard.