En el transcurso de varios días, Vera, su marido Ray y su hijo pequeño Sam pasan por una rutina repetida de actividades diarias mundanas. Por su comportamiento frío entre ellos, Sam empieza a sospechar que sus problemáticos padres podrían divorciarse. Debido a la creciente preocupación de su hijo, Vera le dice a Ray que no está segura de cuánto tiempo más pueden mentirle a Sam sobre lo que realmente está sucediendo.

Varios sucesos extraños, como un cuadro desechado que reaparece continuamente, así como piezas de rompecabezas que cambian de posición, llevan a la familia a creer que puede haber actividad sobrenatural en la casa. Vera, Ray y Sam también experimentan visiones fugaces de otro hombre, una mujer y una niña dentro de la casa.

Ray comienza a leer un libro de parapsicología del Dr. Charon Lilith que habla de las almas perdidas y la expiación. Sam le pregunta a Vera quién es Julie porque es la niña de sus visiones. Vera descubre que Ray tiene fotografías de la otra familia. Ray explica que sólo está tratando de averiguar cómo arreglar las cosas.

Los susurros en la casa despiertan a todos por la noche. Sam, Vera y Ray acaban entrando en una sesión de espiritismo realizada en el salón por Charon y la otra familia. Sam se da cuenta de que él y sus padres están atormentando al otro trío, y no al revés.

Vera confirma a Sam que son fantasmas. Sam pregunta cómo murió. Vera sólo le dice a Sam que murió mientras dormía. Además, le explica que no pueden salir de la casa hasta que ocurra algo, pero admite que no saben qué es.

Las visiones y experiencias extrañas continúan para Vera, Ray y Sam. A Sam se le empieza a aparecer un demonio de piel negra en su armario. Ray es perseguido por llamadas telefónicas silenciosas de alguien llamado Vanessa.

Sam interrumpe una conversación entre sus padres para decirles que hay alguien en su habitación. Un demonio arrebata repentinamente a Sam y atrapa al chico dentro de su habitación agarrándolo fuertemente.

Un flashback muestra que Vera se estaba preparando para dejar a Ray y llevarse a Sam con ella cuando estaban vivos. Al llegar a casa borracho, Ray se enfrentó airadamente a Vera por haber contado su aventura con Vanessa, de 16 años. En un ataque de ira, Ray estranguló a Vera y disparó a Sam mientras el niño dormía. A continuación, Ray se suicidó.

Un demonio como el que retiene a Sam comienza a estrangular a Vera. Vera finalmente se libera y rescata a Sam.

Ray se enfrenta a una visión de Vanessa, que se transforma en un demonio y ataca. Una vez que Ray está libre, intenta reunirse con Vera y Sam, pero la puerta de la habitación de Sam está bloqueada.

Con todos recordando y reconociendo la verdad, Vera le grita a Ray que se vaya. Ray se disculpa por todo en un intento de reconciliación. Sam le entrega una foto suya con Ray, dando a entender que no quiere tener nada que ver con su padre.

Dos demonios estrangulan y matan a Ray con una espada antes de meterlo en un armario. La puerta de la habitación de Sam se abre de repente. Vera y Sam bajan las escaleras. La puerta principal finalmente se abre. Vera y Sam salen a una luz brillante.