Tras cumplir una condena por homicidio, Bobby Reynolds sale de Rikers en libertad condicional y se traslada al antiguo apartamento de East Village, en Nueva York, donde su solitaria madre vivió y murió mientras él estaba encarcelado. Encuentra un trabajo como mecánico en el taller Houston Auto Repair, propiedad del solidario Héctor Rodríguez, e intenta rehacer su vida.

Sin embargo, es considerado un paria y sus antiguos amigos y vecinos no quieren hablar con él. Se encuentra con su antigua novia, Alyssa, que trabaja como camarera y estudia en una escuela de diseño, y retoman tímidamente su relación. Bobby comienza a oír ruidos extraños, encuentra sangre en su apartamento y escucha una discusión entre Walter, un policía abusivo, su esposa Gina y su hija Carly, que se encuentra en la habitación 517. Encuentra frascos de pastillas en el baño y se entera por el encargado de que su madre se había encerrado en su apartamento durante una semana antes de su muerte.

Cuando Bobby oye una discusión en la habitación 517, golpea la puerta e intenta intervenir. Walter llama a la puerta y le dice que se ocupe de sus asuntos. Otra noche, Bobby oye a Walter golpear a Gina en la puerta de al lado y ve a Carly delante de su puerta. La invita a entrar y llama a la policía para que denuncie a los inquilinos de al lado. Sin embargo, resulta que la habitación 517 ha estado vacía durante varios años. Bobby sigue escuchando cosas; sus experiencias afectan a su rendimiento laboral y su relación con Alyssa empieza a deteriorarse, ya que ella piensa que está loco.

Mientras tanto, Joseph, otro inquilino que ha estado experimentando las mismas visiones que Bobby, se enfrenta a los fantasmas en su apartamento. Su cuerpo es descubierto más tarde, y la policía busca a Bobby como posible sospechoso. Los fantasmas de Gina y Carly comienzan a perseguir a otros individuos que tienen conexiones con Bobby y el edificio de apartamentos: Alyssa, mientras realiza su examen final de diseño; Héctor, cuando acude al apartamento de Bobby para disculparse por un malentendido. Mientras interroga a otros inquilinos, Bobby descubre que, años atrás, Walter había matado a golpes a su mujer cuando ésta intentó abandonarle, y arrojó el cadáver de su hija por el conducto de la basura. Pero aunque Gina había golpeado las puertas de otras personas y había gritado pidiendo ayuda, nadie había querido intervenir (incluida la madre de Bobby, que entonces había experimentado el embrujo), y los fantasmas de la familia seguían rondando el apartamento.

Héctor, mientras busca a Bobby, muere al caer por una escalera tras huir del fantasma de Carly. Alyssa, también perseguida por los fantasmas, corre al apartamento de Bobby en busca de él, pero acaba siendo arrastrada a la habitación 517 por el fantasma de Walter, imitando la forma en que Gina fue asesinada. Bobby oye los gritos de dolor de Alyssa y la salva. Mientras la atiende en su habitación, Bobby es testigo de la escena tal y como había ocurrido aquellos años atrás; sin embargo, esta vez, Bobby no deja que toda la escena se desarrolle y se apresura a intervenir justo cuando Walter está a punto de dar el golpe final a Gina. Gina entonces golpea a Walter hasta la muerte con su porra y desaparece junto con su hija. Con los fantasmas desaparecidos, Bobby consuela a Alyssa mientras la policía se dirige al apartamento.