Asger Holm (Jakob Cedergren) es un policía que acaba de ser degradado a los Servicios de Emergencia de Dinamarca, en espera de su fecha de juicio.

Él y su ex compañero Rashid (Omar Shargawi) estuvieron involucrados en un tiroteo, que Asger afirma que cometió en defensa propia. Mientras estaba en el servicio 112, recibe una llamada de una mujer angustiada llamada Iben (Jessica Dinnage). Ella ha sido secuestrada por su ex esposo, Michael Berg (Johan Olsen). Tienen dos hijos, Mathilde y el bebé Oliver.

Al principio, Asger transmite este asunto al departamento adecuado en el norte de Zelanda, luego decide tomar la ley por sus propias manos, como lo hizo durante el incidente que lo llevó a juicio. Descubre que Michael había pasado un tiempo en prisión por agredir a Iben, y también asume que mató a su hijo recién nacido, en un ataque de ira.

La realidad fue que:

Michael secuestró a Iben, pero solo para llevarla de vuelta al hospital psiquiátrico del que había escapado recientemente. Mientras estaba en casa y escondida, Iben pensó que ella "ayudaría" a Oliver al matarlo y sacar todas las "serpientes" de su estómago.

Cuando Asger descubre esto con la ayuda de Rashid, se maldice a sí mismo por haber actuado tan precipitadamente sobre sus suposiciones.

Asger contacta a Iben por última vez, ella le pregunta si mató a Oliver. Asger la consuela, diciendo que no tenía idea de lo que había hecho debido a su locura certificable, pero él conoce la naturaleza exacta de su propio crimen. Él le dice a Iben que le disparó a un adolescente llamado Josef porque "ya había tenido suficiente y quería eliminar algo. ¿Fueron serpientes? Sí ... serpientes".

Su confesión convence a Iben de no saltar de un puente hacia la carretera que se aproxima y rendirse a las autoridades.

La última toma de la película es de Asger en una ventana, con la intención de hacer lo mismo.