En el Warwickshire de los años 40, el Dr. Faraday es llamado para visitar a una criada enferma en el destartalado Hundreds Hall. La criada confiesa que está fingiendo y espera que el doctor la envíe a casa. El Hall pertenece ahora a Roderick Ayres, un veterano de la Real Fuerza Aérea con graves quemaduras en la Segunda Guerra Mundial, que está siendo atendido por su hermana, Caroline. El Dr. Faraday recuerda que durante su infancia, en 1919, visitó la casa, donde su querida madre había sido una vez criada de la gran familia Ayres. Rompió una bellota de una elaborada talla de escayola, para enfado de su madre, a la vista de la joven Susan, la primera hija de los Ayres, conocida como Suki.

Se producen ruidos intermitentes en la casa, alarmando a Caroline, a la señora Ayres y a la criada. Las campanas del servicio suenan sin que nadie las toque. Un aparato de comunicación por tubo del siglo XIX que comunica el cuarto de los niños vacío con la cocina también empieza a sonar inexplicablemente. Cuando la Sra. Ayres sube a investigar, se encuentra de repente encerrada en el cuarto de los niños. Al experimentar figuras sombrías y extraños ruidos de golpes, la señora Ayres, en un intento frenético de escapar, rompe las ventanas, cortándose ambos brazos. Después de que los demás miembros de la familia la rescatan de la habitación, llega a creer que el fantasma de Suki está siempre cerca.

Poco después, la señora Ayres se suicida cortándose las muñecas con el cristal de un marco de fotos roto. Roderick asiste al funeral y le advierte a Caroline que abandone la casa para no ser la siguiente en morir. La noche del funeral, Faraday y una reticente Caroline hacen planes para casarse dentro de seis semanas. Más tarde, Faraday considera que los extraños sucesos que se producen en la casa pueden deberse a una actividad poltergeist. Se sugiere que los fenómenos sobrenaturales podrían ser el producto de una telequinesis aleatoria e involuntaria, que bien podría ser una actividad poltergeist causada por una persona viva (en lugar de una muerta).

Caroline acaba rompiendo su compromiso con el Dr. Faraday, insistiendo en que no estaría felizmente casada con él, y expresando su intención de vender Hundreds Hall. Faraday insiste en que ella simplemente está agotada y no piensa con claridad.

Una noche, Faraday tiene una visita a domicilio que lo mantiene fuera de las instalaciones. Cuando finalmente llega a casa, se entera de que Caroline se ha caído del segundo piso y ha muerto.

En la investigación sobre la muerte de Caroline, la criada informa de que se despertó al oír a Caroline subir a investigar un ruido extraño en el pasillo. También dice haber oído a Caroline gritar "¡Tú!", inmediatamente antes de caer al vacío. Después de que el Dr. Faraday testifique que la mente de Caroline estaba indudablemente "nublada", el forense declara la muerte como un suicidio. El tribunal está de acuerdo.

Meses más tarde, Faraday visita la casa de los Ayres mientras está en venta, habiendo guardado las llaves que le dio Caroline. Cuando sale de la casa, el espectro realista de un joven Faraday, de pie en lo alto de la escalera (donde cayó Caroline), le observa solemnemente antes de retroceder en la oscuridad.