Billy ha recibido un disparo mortal y, con la ayuda de Clare, escapa del pueblo y llega a la playa. Billy se desangra rápidamente y probablemente sabe que va a morir, al igual que Clare.

Lo que sucede a continuación es trascendental. Billy grita al cielo a todos los demás hombres que quieren matarlo, anunciando que sigue aquí esperando para luchar. Es una exclamación no sólo del espíritu superviviente de Billy, sino del espíritu superviviente de todos los oprimidos. Comienza a imitar el canto de un mirlo mientras agita sus brazos como si fueran alas.

Nosotros, y Clare, lo observamos con lágrimas en los ojos. Está en su propia tierra volando libre como un pájaro. Cae al suelo y ambos ven salir el sol en Tasmania. Se ha forjado una amistad, pero lo más importante es que se ha formado un entendimiento donde solía vivir el odio.