Final de The Reader (El lector) explicado
A una edad temprana, Michael Berg tiene una relación con Hannah Schmitz, una asistente de tranvía a finales de la década de 1950 en Alemania durante el verano. Ambos mantienen su aventura en secreto. Su juego sexual era hacer que Michael le leyera a Hannah antes de que hicieran el amor.
Un día, Hannah es ascendida en el trabajo y se va sin decirle nada a Michael.
Años más tarde, en un seminario de estudiantes de derecho, Michael y su clase son llevados a juicio contra seis guardias nazis, uno de los cuales es Hannah. Un sobreviviente cuenta la historia de un guardia que elegiría a los niños para que le leyeran antes de escoltarlos a Auschwitz para su ejecución.
Aunque secretamente analfabeta, Hannah admite haber escrito una carta amonestandose a sí misma y a sus cohortes responsables del bombardeo de la iglesia que mató a casi 300 judíos. Ella es sentenciada a cadena perpetua.
Más años más tarde, Michael, ahora un abogado exitoso, envía a Hannah libros grabados, que él personalmente dicta. Hannah usa estos dictados para aprender a leer y escribir, y comienza a escribir cartas a Michael agradeciéndole por recordarla. Michael finalmente deja de enviar los libros.
Cuando Hannah está a punto de ser liberada después de 20 años, Michael es contactado porque él es el único contacto que ella había dado a conocer en la prisión. Aunque reacio al principio, Michael hace el viaje a la prisión para ver a Hannah después de muchos años, y acepta ayudarla a recuperarse cuando salga. Hannah, deseando una vida con Michael, se suicida el día antes de ser liberada.
En un testamento que escribió, le pide a Michael que le dé todo su dinero al sobreviviente que acudió a la corte y testificó hace 20 años. Cuando Michael va a Nueva York para intentar darle el dinero, ella se niega, pero acepta dejarlo usarlo para financiar un programa de alfabetización judía, a pesar de que ella dice “La alfabetización nunca fue un problema para los judíos”. Pero ella guarda la lata en la que le llevó el dinero, porque le recordó la lata que perdió en los campos de concentración.
En el presente, Michael lleva a su hija a la tumba de Hannah junto a la iglesia que visitaron juntos y le cuenta su historia.