Un desconocido entra en la comisaría de una pequeña ciudad durante una tormenta en Nochebuena. Le dice al sargento de guardia que desea confesar un asesinato, tras lo cual el sargento de guardia le apunta con una pistola y pide a sus colegas que le sujeten con esposas.

El desconocido se niega a revelar su nombre, prefiriendo ser conocido como "Sr. Nadie". Después de que el desconocido les provoque, los agentes están a punto de agredirle cuando entra el detective Alexander Black. El desconocido afirma que confesará seis asesinatos, y cuando describe cada uno de ellos, los agentes mueren gráficamente de la misma forma que él explica, aunque el propio desconocido sigue encarcelado. Mientras los agentes entran en pánico, el desconocido se fija en un texto de dedicatoria en el bolígrafo de metal dorado del detective Black y lo comenta, despertando las sospechas del detective Black, que recibió el bolígrafo de su hija asesinada, Mary Black.

Los agentes piensan que el desconocido podría ser un sospechoso al que detuvieron hace un año cuando investigaban la desaparición de Mary Black. Al no poder demostrar su culpabilidad, le torturan y golpean para conseguir una confesión, aunque él mantiene continuamente su inocencia. Sin embargo, se dan cuenta de que la víctima de su violencia debe seguir en el coma que le provocaron sus brutales torturas, internado en un centro médico. Los agentes llaman por teléfono al centro y descubren que la víctima había muerto esa misma noche, al mismo tiempo que el desconocido entraba en la comisaría, lo que demuestra que el desconocido no es quien ellos creían.

A pesar de esta nueva evidencia, los agentes creen que el extraño es un espíritu vengativo del hombre previamente torturado. El detective Black habla de la superstición y de sus experiencias en la Guerra del Golfo, mientras que el resto de los agentes siguen muriendo de forma que reflejan los actos que cometieron contra el sospechoso ahora muerto un año antes, hasta que sólo queda el detective Black.

El detective Black se disculpa con el desconocido por haber matado a un sospechoso inocente, pero el desconocido dice que fue él quien asesinó a su hija. El detective Black entonces apuñala el bolígrafo de metal dorado de su hija dentro de sus propios oídos para evitar escuchar la confesión del extraño. La hija muerta de Black aparece entonces. Le dice que conoce el nombre del desconocido y le susurra al oído. Black dispara al desconocido con una escopeta y le hace caer por una ventana.

Tras la muerte del desconocido, llega el día de Navidad y el detective Black ve a su hija subir las escaleras, presumiblemente partiendo hacia el más allá.