Una niña llamada Alexia molesta a su padre durante un viaje en coche. Al quitarse el cinturón de seguridad, su padre se da la vuelta para reñirla, provocando un accidente de tráfico. Alexia sufre una lesión en el cráneo y se le coloca una placa de titanio en la cabeza. Al salir del hospital, rechaza a sus padres y se abraza apasionadamente a su coche.

Años más tarde, Alexia, ya adulta y con una gran cicatriz en un lado de la cabeza, trabaja como corista en un salón del automóvil. Una noche, después de un espectáculo, un fanático masculino sigue a Alexia en el aparcamiento de la sala de exposiciones, le declara su amor y la besa a la fuerza; entonces ella lo asesina brutalmente utilizando su gran horquilla de metal. Cuando vuelve a ducharse, Alexia oye un golpe procedente de la sala de exposiciones. Descubre que el coche con el que modeló antes se ha encendido solo y entra en él desnuda, tiene sexo con el coche y finalmente llega al clímax.

Se revela que Alexia es una asesina en serie que ha matado a varios hombres y mujeres en los últimos meses. Sigue viviendo con sus padres, que parecen desconocer su relación con los crímenes y con los que mantiene una relación distante.

Con el tiempo, Alexia se da cuenta de que se ha quedado embarazada después de que empiece a segregar aceite de motor por sus partes. Intenta abortar con su horquilla, pero no lo consigue.

Alexia asiste a una fiesta en una casa, donde tiene relaciones sexuales con su compañera de trabajo Justine. De repente, Alexia asesina a Justine y procede a matar a los demás invitados, excepto a una mujer que consigue escapar. Alexia vuelve a casa y prende fuego a su propia casa antes de encerrar a sus padres en su dormitorio. Ahora se la busca por asesinato, Alexia altera su apariencia para fingir ser Adrien Legrand, un niño que había desaparecido diez años antes a la edad de siete años, cortándose el pelo, tapándose los pechos y el vientre cada vez más embarazado, y rompiéndose la nariz. Entonces acude a la policía fingiendo ser Adrien, donde su padre, Vincent, acepta a Alexia como su hijo desaparecido y se niega a hacer una prueba de ADN.

Vincent, capitán de bomberos, lleva a Alexia a la estación donde vive y trabaja y la presenta a sus hombres. Los bomberos están desconcertados por el mudo, andrógino y aparentemente traumatizado "Adrien", pero se abstienen de cuestionar el comportamiento del capitán. Alexia se convierte en aprendiz en la estación, bajo la supervisión de Vincent. Cuando Vincent da más responsabilidades a su "hijo" que a los demás bomberos experimentados, un bombero se enfrenta a Vincent sobre la identidad de "Adrien". Sin embargo, Vincent lo calla inmediatamente y le dice que nunca hable de su hijo.

Vincent intenta preservar su fuerza inyectándose esteroides en su envejecido cuerpo, pero descubre que parece estar creando una inmunidad a ellos. Alexia está cada vez más perturbada por su posesividad y considera la posibilidad de escapar del parque de bomberos. Sin embargo, después de que Vincent experimente una arritmia cardíaca por inyectarse una gran dosis de esteroides, Alexia decide quedarse con él.

La ex-mujer de Vincent, de la que hace tiempo que no se acuerda, viene a ver a su "hijo" y acaba descubriendo a una Alexia ahora muy embarazada y sin el cuerpo tapado. Sin embargo, guarda el secreto para sí misma, no queriendo interferir en el delirio de su ex marido, y le ruega a Alexia que cuide de él. En un momento dado, Vincent reconoce su delirio y le dice a Alexia que "seas quien seas, eres mi hijo". Cuando descubre sin querer sus pechos, se queda claramente sorprendido, pero sigue cuidando de ella.

En una fiesta en la estación de bomberos, los bomberos instan a "Adrien" a bailar al ritmo de la música. Alexia hace su coreografía de corista, dejando a todos confundidos. Vincent, decepcionado, se aleja de la multitud. Después de la fiesta, Alexia tiene sexo con un camión de bomberos.

El cuerpo de Alexia se rompe poco a poco, ya que la piel de su estómago se desgarra para dejar al descubierto nuevas placas de metal. Cuando su embarazo finalmente llega a término, Alexia revela su verdadero nombre a Vincent, intentando seducirlo brevemente y luego suplicando su ayuda. Vincent ayuda a Alexia a dar a luz, pero el lado de titanio de su cráneo se abre en el último empujón, matándola. Vincent, entre lágrimas, sostiene al bebé, cuyo cuerpo aparece con parches de titanio, y le dice repetidamente: "Estoy aquí".