En el Nueva York de los años 70, David Marks, hijo de un poderoso magnate inmobiliario, Sanford Marks, se casa con Katie McCarthy, una estudiante de clase trabajadora. Juntos huyen de Nueva York y se van a vivir al campo en Vermont, donde montan una tienda de alimentos saludables llamada All Good Things, para luego ser atraídos de nuevo por Sanford, que se aprovecha de las inseguridades de David diciéndole que Katie se merece más de lo que él le está dando. A su regreso, Katie y David compran un bonito apartamento y Katie plantea la idea de tener hijos. David insinúa que no puede tener ninguno. Después de comprar una casa en un lago fuera de la ciudad, Katie le confiesa a su vecina embarazada que ella también está embarazada. Cuando Katie le cuenta a David la buena noticia, éste responde lanzando cosas y luego se derrumba ante la idea de ser padre. Después de obligar a Katie a pedir una cita para abortar, David no acude a la cita mientras trabaja para Sanford.

Katie vuelve a la universidad y finalmente ingresa en la facultad de medicina mientras su relación con David sigue deteriorándose. Katie hace averiguaciones sobre una separación, pero sus fondos, que necesita para pagar la escuela, son cortados cuando intenta irse. Tras ser advertida de que necesitará una palanca para que la familia la deje marchar, Katie intenta encontrar documentos incriminatorios de las actividades financieras de la familia. Luego desaparece sin dejar rastro, a pesar de que se ofrece una recompensa de 15.000 dólares por cualquier información sobre su paradero.

Años después, el caso es reabierto por el actual fiscal del distrito de Nueva York tras leer una novela inédita escrita por la mejor amiga de David, Deborah Lehrman, que contiene un asesinato casi idéntico al del caso Marks. Poco después de que esto se anuncie, Lehrman es asesinada a tiros en su casa, y David vuelve a estar bajo sospecha mientras es juzgado por el asesinato de su vecino Malvern Bump en Galveston, Texas. David es absuelto del asesinato de Bump; la película afirma que nunca se ha juzgado a nadie por el asesinato de Deborah Lehrman y que Katie Marks sigue siendo una persona desaparecida hasta el día de hoy.

Un flashback da a entender que David dejó los restos de su mujer en el maletero de su coche, que el padre encuentra.

La película termina con David visitando a su padre moribundo y susurrándole que echa de menos a Katie todos los días.