Final de Todos nos llamamos Alí
(1974)
Final de Todos nos llamamos Alí (1974)
Título original: Angst essen Seele auf
Sinopsis
En un café al que acuden los trabajadores inmigrantes, Emmi Kurowski, una viuda de unos sesenta años, conoce a Salem, un marroquí treintañero. Inducido por la dueña del bar, Salem invita a Emmi a bailar, hablan, la acompaña a casa y, al día siguiente, se queda a vivir con ella. Esta relación provoca un gran escándalo, y las vecinas visitan al propietario del edificio para denunciar a Emmi.
Rainer Werner Fassbinder
Director
Rainer Werner Fassbinder
Compositor
Jürgen Jürges
Fotógrafo
Rainer Werner Fassbinder
Productor
Rainer Werner Fassbinder
Autor
Reparto principal

Brigitte Mira

El Hedi ben Salem

Irm Hermann

Barbara Valentin

Elma Karlowa

Anita Bucher
Como acaba Todos nos llamamos Alí
La película tiene lugar un número indeterminado de meses después de la masacre de Múnich en Alemania Occidental. Emmi (Mira), una limpiadora de ventanas de 60 años y viuda, entra en un bar, empujada por la lluvia y con ganas de escuchar la música que suena dentro. Una mujer del bar (Katharina Herberg) sugiere burlonamente a Ali (Salem), un Gastarbeiter (trabajador invitado) marroquí de unos treinta años, que saque a bailar a Emmi, a lo que ésta acepta. Después de bailar, entablan una amistad y Ali sigue a Emmi a su casa, quedándose en su apartamento por la noche. Tras una mayor interacción, empiezan a enamorarse y Ali sigue viviendo con Emmi. Emmi decide visitar a sus hijos para presentarles a Ali; su hija Krista (Irm Hermann) y su tiránico yerno Eugen (el propio Fassbinder); Eugen cree que está perdiendo la cordura y Krista piensa que su madre -que lleva años siendo viuda- está fantaseando.
Su relación se ve amenazada cuando el hijo del casero, que ha sido enviado suponiendo que Emmi ha tomado un inquilino, le dice a Emmi que el subarriendo va en contra del contrato de arrendamiento de Emmi, y que Ali debe marcharse en un día. Temerosa de perder a Ali, Emmi afirma que ella y Ali están planeando casarse. Después de que el hijo del casero se disculpe por el malentendido y se vaya, Emmi habla con Ali y se disculpa por haber inventado la idea de que se case con él, pero es sorprendida por Ali cuando dice que es una idea excelente. La película los muestra entonces en un tribunal civil, casados.
Su matrimonio es visto negativamente por los que viven cerca de ellos, entre los que se encuentran los inquilinos de los apartamentos y los comerciantes cercanos. Emmi es rechazada por sus compañeros de trabajo y Ali se enfrenta a la discriminación en todo momento. Cuando Emmi invita a sus tres hijos mayores y a su yerno a conocer a Ali, éstos lo rechazan abiertamente. Uno de los hijos de Emmi rompe su televisor con rabia, su otro hijo declara que debe haber perdido la cordura, y su hija llama a su apartamento "pocilga" y llama a Emmi "puta", antes de que los cuatro se vayan.
La tristeza de Emmi ante este rechazo se desvanece al tiempo que resurge su optimismo y decide que ella y Ali deben tomarse unas largas vacaciones juntas para escapar de la discriminación, convencidas de que a su regreso, las habrán echado de menos y serán bienvenidas de nuevo. Tras su regreso, se enfrentan a menos discriminación, pero sólo porque los inquilinos y comerciantes vecinos ven el beneficio de tratar mejor a Emmi, no porque hayan superado sus prejuicios.
Al querer volver con sus antiguos amigos tras su aparente renovado respeto, Emmi empieza a descuidar a Ali y a adoptar algunas de sus actitudes hacia él. Se vuelve más estricta y le ordena que haga más cosas. Cuando los compañeros de trabajo la visitan y comentan lo sorprendentemente limpio que está y comentan sus músculos, ella lo exhibe como si fuera un objeto. Esto hace que Ali se marche y busque consuelo en la camarera Barbara (Barbara Valentin), con la que aparentemente ha tenido una relación antes de conocer a Emmi. Cuando él deja a Emmi con sus amigos, ella lo atribuye a sus "cambios de humor" y señala que debe ser su "mentalidad de extranjero", adoptando las actitudes xenófobas de sus amigos para encajar. Esto hace que se distancien, y que Alí no se enfrente a Emmi debido a las inseguridades que sufre por ser extranjero. Vuelve con la camarera y pasa la noche con ella. Emmi le visita en el trabajo, donde él finge no conocerla mientras sus compañeros se burlan de su edad, llamándola la "abuela marroquí" de Ali.
Cuando parece que la relación no tiene arreglo, Emmi vuelve al bar donde se conocieron por primera vez para encontrarse con Ali y hace que el camarero ponga en la gramola la misma canción que les llevó a bailar al principio de la película. Deciden bailar juntos y, mientras bailan, Emmi recalca que sabe que es mayor y que él es libre de ir y venir, pero le dice que cuando estén juntos deben ser amables el uno con el otro. Él acepta y se declaran su amor. En ese momento, Ali se derrumba en los brazos de Emmi por lo que resulta ser una úlcera de estómago reventada. La película muestra entonces a Emmi con Ali en el hospital, donde un médico le dice que la enfermedad es común entre los trabajadores extranjeros debido al estrés al que se enfrentan en la vida cotidiana; el médico añade entonces que Ali será operado para extirpar la úlcera, pero que probablemente volverá en seis meses con otra úlcera. Emmi declara que hará todo lo que esté en su mano para evitarlo y coge la mano de Ali.