El vagabundo, Su-an, Seok-woo y Seong-kyeong están al otro lado de los restos del tren que ha descarrilado y debajo de un tren lleno de zombis. Las ventanas del tren amenazan con romperse en cualquier momento.

Seok-woo encuentra una abertura debajo del tren y comienza a trepar por ahí, pero una parte del tren se derrumba y sella el agujero antes de que los otros tres puedan pasar. El impacto también rompe una ventana, y un pequeño grupo de zombis cae y se arrastra hacia los tres.

Sin embargo, el hombre sin hogar se sacrifica en el último minuto, dejando suficiente tiempo para que Seok-woo retire los escombros, y para que Seong-kyeong y Su-an escapen.

Corren hacia el tren de carga y suben a la plataforma exterior del mismo. Seok-woo se acerca a la cabina pero retrocede cuando ve a Yon-suk en el asiento del conductor, con ojos blancos e infectado. Inicialmente cierra la puerta, pero Yon-suk la abre a pesar de ser un zombi: la infección no ha llegado a su cerebro. Yon-suk se acerca a Seok-woo y le ruega que lo lleve a su casa en Busan, hablando como un niño y recitando su dirección y el nombre de su madre. Seok-woo le dice que está infectado, y Yon-suk está sorprendido, y llora, pero en cuestión de segundos, está completamente transformado.

Seok-woo comienza a luchar con el zombi Yon-suk y casi se cae del tren. Su-an grita al otro lado de la plataforma del tren, lo que atrae a Yon-suk que intenta atacar a Seong-kyeong y Su-an.

Sin embargo, Seok-woo interviene, y su mano es mordida. Se las arregla para tirar a Yon-suk del tren, pero se da cuenta de su herida. Consciente de que se convertirá en zombie muy pronto, sienta a Su-an y Seong-kyeong en la cabina y les dice cómo usar los frenos una vez que lleguen a la estación de Busan.

Luego intenta de dejar el tren, pero su hija Su-an le ruega que se quede y le cuenta que el día de su recital, ella no terminó de cantar porque no lo vio allí. Los dos se despiden con lágrimas en los ojos y Seok-woo sostiene las pequeñas manos de Su-an por un momento, antes de salir de la cabina.

A medida que la infección se propaga, Seok-woo llora mientras camina hacia el final del vagón del tren, agarrando su mano ensangrentada. Su-an continúa llorando por él dentro de la cabina, mientras Seong-kyeong trata de contenerla. Lentamente se acerca a la parte trasera del vagón del tren, lucha contra la infección y comienza a pensar en cuándo Su-an era un bebé. Recordando sus momentos más felices de acunarla y sostener sus pequeños dedos, la infección se apodera de él, sus ojos se vuelven blancos y las venas oscuras. Sin embargo, a pesar de estar completamente zombificado, Seok-woo continúa pensando en Su-an y sonríe alegremente hacia el cielo antes de tirarse del tren.

El vagón de tren finalmente llega al túnel que conduce a la estación de Busan. Sin embargo, la pista está bloqueada con escombros. Las dos salen del tren y comienzan a caminar por el túnel, sin darse cuenta de que están siendo observados al otro lado por el ejército de Busan.

Uno de los francotiradores informa su acercamiento a su superior y se le dice que los derribe, ya que no pueden decir en la oscuridad si están infectados o no. Justo cuando el francotirador está a punto de apretar el gatillo, Su-an comienza a cantar tristemente a Aloha 'Oe.

Al escuchar su canción, los soldados se dan cuenta de que no están infectadas y corren en su ayuda.