Daniel Lucas ha estado en prisión por robo a mano armada. El día que sale en libertad, es tomado como rehén por Ned Perry, un incompetente y novato delincuente que roba un banco (para conseguir dinero para el tratamiento de su hija enferma, Meg) en el momento en que Lucas se encuentra allí.

El detective Marvin Dugan supone que deben estar juntos y se pone a buscarlos. Se suceden varias persecuciones, un tiroteo accidental, el tratamiento de un veterinario senil que cree que Lucas es un perro y otras cabriolas, todo ello mientras Lucas intenta deshacerse de su idiota compañero y demostrar su propia inocencia.

Mientras evitan la ley, los dos forman una improbable asociación para ayudar a curar a la silenciosa Meg y conseguir escapar. Rescatan a Meg de la residencia en la que se encuentra (con Ned casi arruinando todo el asunto con su torpeza) y huyen a Canadá, fingiendo ser un matrimonio con un hijo.

Más tarde, Ned entra en un banco canadiense para cambiar algunas divisas, pero se encuentra con que otro atracador le toma como rehén de la misma manera que secuestró a Lucas. Debido a este acontecimiento inesperado, Lucas no necesita despedirse de Meg, con la que ha creado un vínculo.