Lorenzo es un adolescente introvertido y problemático. Cuando su clase se va de vacaciones a esquiar a Cadore, decide hacer creer a sus padres que se ha ido con sus compañeros, pero en realidad se esconde en el sótano de su casa. Tras comprar los suministros necesarios, se atrinchera en su alojamiento improvisado, desempolvando una vieja cama y limpiando el baño. Así crea su propio mundo, lleno de música, un ordenador, un libro que lee en voz alta e insectos a los que alimenta y observa.

Sin embargo, tras la primera noche, su hermanastra Olivia, adicta a la heroína y diez años mayor que ella, que ha acudido a la bodega para buscar algunos objetos, aparece para alterar sus planes. Olivia se va, pero vuelve en medio de la noche, sin saber dónde dormir. Infelizmente acogida, al principio choca con Lorenzo, molesto por su presencia, que rompe su querida soledad. Al mismo tiempo, la chica comienza a sufrir un severo síndrome de abstinencia por las drogas y los somníferos. Lorenzo, progresivamente despiadado, acepta ir al hospital donde está ingresada su abuela, de la que toma unos frascos de somníferos.

Cuando las crisis de Olivia disminuyen, se desarrolla una creciente complicidad entre ella y su hermanastro: ambos se sienten solos y marginados. Si Lorenzo vive en su propio mundo, Olivia, marginada por problemas de drogas, ha sufrido recientemente desventuras amorosas y existenciales, a pesar de tener la esperanza de dirigir una granja en la Maremma con un hombre que conoció hace tiempo. Lorenzo también descubre fotografías tomadas por Olivia en las que aparece sin ropa, abriéndose al contacto con el mundo exterior, pero su afecto por la joven se traduce principalmente en una comunión espiritual. Los dos se hacen confidencias mutuas, hasta el punto de prometerse salir de la vorágine de la drogadicción y la soledad absoluta, respectivamente. La última noche, Lorenzo y Olivia bailan juntos las notas de Lonely Boy, Lonely Girl. Luego, durante la noche, la joven compra una última dosis de heroína, que esconde en su paquete de cigarrillos, indecisa de consumirla o no.

Las "vacaciones" se acaban: al día siguiente Lorenzo abraza a su hermana y, sonriendo, se dirige a casa.