Al descubrir la existencia de un antiguo almacén ubicado justo al lado de la prisión donde está Clyde (Gerard Butler), de su propiedad, así como un gran alijo de material explosivo, varios dispositivos, uniformes de todo tipo y un túnel que lleva a su celda, Nick (Jamie Foxx) se da cuenta de que Clyde había podido llevar a cabo sus ataques porque podía moverse libremente dentro y fuera de la prisión. Además, descubre que el próximo objetivo es el Ayuntamiento, donde la alcaldesa (Viola Davis) está celebrando una reunión de emergencia con el personal de las principales agencias de seguridad.

Mientras tanto, Clyde, vestido como conserje, se abre paso hasta el Ayuntamiento y llega al piso justo debajo de donde está la cámara, planta una maleta con una bomba.

Nick llega más tarde con un escuadrón de antibombas y descubren que la bomba se activará con una llamada de un teléfono móvil. Dunnigan (Colm Meaney) sugiere que se evacue el edificio, pero Nick se niega, suponiendo que Clyde podría detonar la bomba si ve que esto sucede.

Clyde vuelve a su celda y encuentra a Nick allí. Este no puede convencerlo de que no explote la bomba, le advierte "esta será una decisión con la que tendrá que vivir por el resto de su vida... A LA CUÁL LE QUEDAN 25 SEGUNDOS!".

Bloquea el celda desde el exterior, mientras Dunnigan se cierra desde el lado del pasaje secreto, y ambos huyen. ¡Cuando Clyde marca el teléfono y escucha un tono de llamada debajo de él, se da cuenta de que Nick había tomado la delantera y colocó la maleta debajo de su cama! Mira el brazalete de su hija por última vez, la bomba se pone en marcha y explota, matándolo.

Antes de que termine la película, vemos a Nick y su esposa Kelly (Regina Hall) asistir al concierto de violonchelo de su pequeña hija Denise (Emerald-Angel Young).