En un día claro de 1971, el secuestrador identificado como D.B. Cooper salta de un avión utilizando la salida trasera, lanzándose en paracaídas en un bosque del estado de Washington. El hombre es identificado posteriormente como Jim Meade, un veterano militar con grandes sueños. Meade escapa de la persecución utilizando un Jeep que había escondido previamente en el bosque y ocultando el dinero que ha robado en el cadáver de un ciervo. Se encuentra con su esposa, Hannah, que dirige una empresa de rafting en el río. Meade es perseguido por Bill Gruen, un investigador de seguros que fue sargento del ejército de Meade, y por Remson, compañero de ejército de Meade, que recuerda que Meade habló de secuestrar un avión.

Gruen se enfrenta a los Meade en la empresa de rafting, pero éstos escapan río abajo. Los Meade llevan a Gruen y a Remson a una persecución a través del país en la que intervienen varios coches robados. Gruen es despedido por su empleador pero continúa la persecución para reclamar el dinero para sí mismo. En el cementerio de aviones cerca de Tucson, Arizona, los Meade adquieren un globo aerostático, pero Gruen le roba el dinero a Hannah. Meade le persigue con un biplano Boeing-Stearman PT-17 apenas funcional. Meade echa a Gruen de la carretera pero estrella su avión.

Al recuperarse de los restos, Meade tiene el arma de Gruen y, durante unos minutos, discuten cómo Gruen sabía que Meade era D. B. Cooper. Junto con las pistas que había dejado, los encuentros anteriores entre los dos hombres en el ejército habían convencido a Gruen de que sólo Meade podía haber logrado el audaz secuestro.

Meade deja a Gruen con algunos fajos del dinero y se aleja con el resto, para ser recogido por Hannah. Al abandonar Gruen la persecución, Remson debe intentar recuperar el dinero robado. Cuando llega a un cruce por el que acaban de pasar los Meade, Remson cree ver su camión aparcado cerca y continúa la persecución.