En 1968, el empresario inglés Donald Crowhurst se inspira en Sir Francis Chichester para competir en la Sunday Times Golden Globe Race, una regata de yates en solitario alrededor del mundo. Aunque solo es un navegante aficionado, Crowhurst cree que la tecnología y su determinación le permitirán tener éxito en un trimarán personalizado, asegurando así la estabilidad financiera para su esposa y sus hijos pequeños. A medida que los retrasos y los costos aumentan, su principal patrocinador, Stanley Best, se pone tan nervioso que Crowhurst se ve obligado a firmar pagarés comprometiendo su empresa y su hogar a Best. Al zarpar en el *Teignmouth Electron*, Crowhurst debe completar la carrera o perder todo lo que aprecia.

Crowhurst organiza patrocinadores y un agente de prensa para promocionar su travesía, y también cuenta con el apoyo de su familia. Durante su viaje, intenta dar una versión optimista de los eventos tanto a su familia como a su agente de prensa, pero internamente se siente presionado por su situación financiera, los peligros que enfrenta y su soledad. La película alterna entre su travesía y escenas en casa, donde su esposa Clare intenta lidiar con la situación.

Crowhurst daña su barco y se ve obligado a considerar regresar a casa. No puede continuar debido al daño, pero tampoco puede regresar sin perderlo todo.

Comienza a dar informes falsos sobre su ubicación a lo largo de la ruta de la carrera y exagera enormemente cuánto ha navegado cada día. Después de muchos meses de coordenadas falsas, Crowhurst decide sellar sus comunicaciones, insinuando a los periódicos que está rodeando el cabo de África, cuando en realidad está limitando el riesgo de ser descubierto.

En casa, su aparente éxito atrae una atención significativa de la prensa. Robin Knox Johnston completa la carrera, pero los informes falsos de Crowhurst sugieren que él terminará más rápido, ya que otros navegantes han abandonado la carrera. Pronto solo queda otro navegante en la competencia. Crowhurst reduce su velocidad para evitar la atención que traería terminar primero, temiendo ser descubierto y perderlo todo.

Se entera de que el otro navegante que quedaba también ha abandonado la carrera y se siente abrumado por la culpa y el miedo a ser descubierto. Empieza a perder la cordura, comienza a tener alucinaciones e imagina ver a su esposa, a quien le confiesa la verdad. A medida que su salud mental empeora, también lo hace su salud física, y se vuelve indiferente al daño que se hace a sí mismo mientras intenta ocuparse manteniendo la radio. Mientras tanto, la embarcación queda a la deriva.

Mientras su familia, la prensa y el público esperan su regreso, Crowhurst pierde todo control de su mente y su situación, y en su desesperación se da cuenta de que no puede regresar a casa y que solo tiene una salida. Finalmente, su barco es encontrado a la deriva sin Crowhurst a bordo. No está claro si saltó o cayó al agua. Las autoridades deducen de sus registros que había mentido sobre su progreso durante el viaje.

En los créditos finales se menciona que el cuerpo de Crowhurst nunca fue encontrado y que estuvo en el mar durante 7 meses y completó 13,000 millas. Robin Knox-Johnston fue el único navegante en completar la carrera y donó su premio en efectivo a la familia de Crowhurst.