En Livingston, Montana, la abogada Laura Wells lleva ocho meses tratando con un cliente descontento, Fuller. Desempleado debido a una lesión laboral que lo dejó discapacitado, ha comenzado a visitar a Laura repetidamente en su oficina. Como Fuller no escucha sus consejos, ella lo lleva a otro abogado. Después de evaluar el caso, el abogado le dice a Fuller exactamente lo que Laura le había dicho: que aunque la empresa de Fuller era claramente culpable de sus lesiones, Fuller ya no puede demandar a la empresa, porque antes había aceptado su pequeño acuerdo inicial. De camino a casa tras la reunión con el segundo abogado, Fuller discute con su mujer y le echan del coche. Se va a casa con Laura Wells. En el camino le dice a Laura que quiere disparar a sus antiguos empleadores.

Esa misma noche, Laura recibe una llamada de la policía. Fuller ha vuelto a su antiguo lugar de trabajo y ha tomado como rehén a un guardia de seguridad. Tras ser preparada por la policía, Laura acepta hablar con Fuller. Entra en el edificio y encuentra a Fuller con su rehén; Fuller le pide que localice sus registros de empleado, entre los que se encuentra el expediente que la empresa utilizó para resolver su reclamación por incapacidad. Fuller hace que Laura lea todo el expediente, en el que se detalla claramente cómo Fuller fue estafado en su legítima indemnización. Fuller decide dejar que el guardia se vaya; le pide a Laura que lo entretenga yendo al frente y contándole a la policía sus demandas como si tuviera un arma apuntando a ella, mientras él se escabulle por la parte de atrás. En lugar de eso, Laura dice inmediatamente a la policía dónde está Fuller y éste es detenido.

Gina y Ryan Lewis son un matrimonio con una hija adolescente que está construyendo su propia casa desde cero. Gina siente que Ryan la perjudica constantemente con su hija y le molesta su comportamiento. De camino a casa desde el camping de su nuevo hogar, deciden parar en casa de Albert, un anciano al que conocen, para intentar convencerle de que les venda la piedra arenisca de su propiedad. Mientras hablan, Gina intenta persuadir a Albert para que le venda la piedra arenisca, pero él parece desconcentrado y sólo está interesado en hablar con Ryan. Finalmente, Albert acepta tímidamente dar la piedra arenisca a Gina y Ryan. Gina, que ha estado grabando en secreto la conversación, les indica que deben marcharse. En el coche, de camino a casa, Gina se queja de la falta de apoyo de Ryan durante la negociación y debaten si tomar la piedra arenisca es la decisión correcta.

Un tiempo después, Gina y Ryan llegan y cargan un camión lleno de la piedra arenisca. Ella se da cuenta de que Albert la observa desde su ventana y le saluda, pero él no le devuelve el saludo.

Jamie es una ganadera que vive aislada durante el invierno, cuidando de los caballos en una granja a las afueras de Belfry. Una noche, cuando se dirige al pueblo, ve unos coches que entran en la escuela y los sigue. Se entera de que se ha topado con una clase de derecho educativo impartida por una joven abogada, Beth Travis. Jamie sale a comer con Beth después de la clase. Beth le explica que vive en Livingston, que está a cuatro horas en coche, por lo que debe hacer el viaje de ida y vuelta de ocho horas dos veces por semana para llegar a tiempo a su verdadero trabajo.

A pesar de no tener ningún interés en la ley de educación, Jamie vuelve a clase semana tras semana. Una semana lleva uno de sus caballos a clase, y ella y Beth montan el caballo hasta la cafetería. A la semana siguiente, se queda atónita cuando se entera de que Beth ha dimitido y se ha contratado a una nueva profesora como sustituta permanente. Jamie deja inmediatamente la clase y conduce directamente a Livingston. Pasa la noche en su coche y se pasa la mañana conduciendo hasta el despacho de abogados con la esperanza de encontrar a Beth. En el camino, tiene recuerdos de la vez anterior que condujo a la ciudad. Al localizar su dirección, Jamie ve a Beth en el aparcamiento y le dice que condujo hasta allí sabiendo que, si no lo hacía, no volvería a verla. Beth no responde y Jamie se va. De camino a casa, se queda dormida al volante y conduce hacia un campo vacío.

Tiempo después, Laura visita a Fuller en la cárcel. Le dice que entiende cómo ha actuado y le pide que responda a sus cartas para no sentirse tan sola. Ella acepta. Gina celebra una barbacoa con amigos en su tierra y su marido aprecia su trabajo. Ella mira la piedra arenisca y sonríe. Jamie sigue trabajando en el rancho.