Javi coge desprevenida a su esposa Iris, un espíritu libre que ahora vive alocadamente, dándole la custodia de su hija Tata, de ocho años, durante el día. Sin más opciones, Iris se lleva a Tata a regañadientes en su turno de noche como guardia de seguridad en un club deportivo en desuso.

Tata le recuerda a Iris que hoy habría sido el cumpleaños de su hermano pequeño Nico, que murió ahogado accidentalmente y del que Iris aún se culpa. Iris y Tata se separan en las grandes instalaciones, pero Iris utiliza los monitores de seguridad para vigilar a su hija durante toda la noche.

Un virus desconocido crea el caos en las calles de Montevideo, Argentina, transformando a los residentes en alborotadores sin sentido y sedientos de sangre. Iris tiene que luchar contra los infectados que irrumpen en el edificio y también tiene que dar instrucciones a distancia a Tata para que se encierre en una habitación segura. Examinando las imágenes de vídeo de los violentos ataques, Iris deduce que a cada alboroto le siguen 32 segundos en los que los infectados se vuelven tranquilos y dóciles.

Iris se encuentra con Luis, que la rescata mostrándole que los infectados se ahogan porque supuestamente no saben nadar. Luis explica que iba de camino al hospital después de que su mujer embarazada Mimi se pusiera de parto, pero su ambulancia se estrelló frente al club de atletismo. Luis se ofrece a ayudar a Iris a encontrar a Tata a cambio de que ésta le ayude a dar a luz al bebé de Mimi.

Cuando Luis le presenta a su mujer, Iris descubre que está infectada. Aunque Mimi está sujeta a una silla, Iris se muestra reticente a ayudar debido a la amenaza que supone Mimi. Luis revela que ya ha conocido a Tata, pero amenaza con no decirle a Iris dónde está a menos que ésta le ayude. Luis e Iris luchan físicamente, pero Luis suelta las manos de su garganta cuando Iris cede. Luis le habla a Iris de un barco que puede llevarlos a todos a un lugar seguro.

Iris encuentra a Javi moribundo por un ataque de los infectados en el fondo de una piscina drenada. Javi menciona a Nico y le dice a Iris que la muerte del chico no fue culpa suya. Iris llora la muerte de Javi.

Luis anima a Iris a ayudarle a luchar contra una horda de infectados mientras escoltan a Mimi a una habitación desocupada. Bajo la dirección de Luis, Iris ayuda a dar a luz a un niño sano llamado Raúl. Después, Luis alimenta a Mimi con una paloma para calmarla y que pueda sostener al bebé durante 32 segundos. Cuando el tiempo expira, Mimi se niega a dejar de agarrar al niño. Luis suplica desesperadamente a su mujer que se dé cuenta de lo que está haciendo. Pero cuando queda claro que Mimi está a punto de aplastar a Raúl, Luis, entre lágrimas, le dispara a Mimi en la cabeza.

Luis le dice a Iris que puede encontrar a Tata en la sala de calderas. Sin embargo, cuando llega, Iris encuentra el cuerpo de una joven en el horno. Creyendo que su hija está muerta, Iris se prepara para dispararse con la pistola de Luis.

De repente, Iris sigue unas pistas que la llevan a una habitación segura donde Tata se escondía. Después de reunirse, Tata le habla a su madre de otro hombre cuya niña fue la que se quemó. Tata también revela que Luis la ayudó a esconderse. Iris le cuenta a Tata el plan de salir al mar y jura cumplir su promesa de proteger siempre a Tata a partir de ahora.

Mientras protege a su hija, Iris lucha contra más infectados. Iris se reagrupa con Luis, pero lo encuentra moribundo por un ataque de los infectados. Luis le dice a Iris dónde encontrar su barco y le pide que cuide de su hijo recién nacido.

Un infectado golpea con saña a Iris hasta dejarla en el suelo. En la calma que sigue, Iris se disculpa por haber fallado a Tata y le implora a su hija que siga adelante sin ella. En lugar de huir, Tata salva a Iris matando al infectado con una pistola de grapas.

Iris y Tata escapan al barco de Luis. Sin embargo, los infectados que se habían ahogado vuelven a la vida mientras el pandemónium sigue consumiendo la ciudad devastada.