En el centro de Los Ángeles se produce un terremoto. Michael Roark, director de la Oficina de Gestión de Emergencias de la ciudad, insiste en acudir al trabajo para ayudar en la crisis a pesar de haber estado de vacaciones con su hija Kelly. Su socio señala que el terremoto no ha causado daños importantes, pero siete trabajadores de servicios públicos mueren calcinados en un desagüe pluvial del parque MacArthur.

Como precaución, Roark intenta detener las líneas de metro cercanas al lugar del terremoto. El presidente de la MTA de Los Ángeles, Stan Olber, se opone a esta medida, ya que considera que no existe ninguna amenaza para los trenes. La geóloga Amy Barnes cree que puede estar formándose un volcán bajo la ciudad; sin embargo, no tiene pruebas suficientes para que Roark tome medidas[2].

A la mañana siguiente, Barnes y su ayudante se aventuran en el alcantarillado para investigar. Mientras toman muestras, se produce otro terremoto. La ayudante de Barnes muere al caer en una grieta que más tarde es engullida por un torrente de gases calientes. Un tren subterráneo descarrila y se corta la electricidad en toda la ciudad. En los Pozos de Alquitrán de La Brea, el humo y la ceniza volcánica salen disparados, seguidos de bombas de lava que incendian varios edificios y hacen que un camión de bomberos vuelque sobre su costado.

Roark ayuda a los bomberos heridos a salir de la zona. Momentos después, un volcán subterráneo recién formado entra en erupción desde los pozos de alquitrán y la lava comienza a fluir por Wilshire Boulevard. La lava incinera todo lo que encuentra a su paso y mata a dos bomberos en el camión accidentado. Roark y Kelly se separan, y Kelly resulta herida cuando una bomba de lava le quema gravemente la pierna.

En el túnel del metro de la Línea Roja, los pasajeros del tren subterráneo descarrilado quedan inconscientes por el fuerte calor y los gases tóxicos. Mientras tanto, Olber conduce a su equipo por el túnel hasta el tren descarrilado, en busca de supervivientes. Consiguen salvar a los pasajeros del metro. Olber llega hasta el conductor del tren inconsciente justo cuando la lava alcanza el tren y comienza a fluir por debajo de él. Olber salta del tren y lanza al conductor a un lugar seguro antes de hundirse en la lava y fundirse.

Roark, Barnes y el teniente de la policía de Los Ángeles Ed Fox idean un plan para utilizar barreras de hormigón para crear un callejón sin salida, acumulando la lava mientras los helicópteros y los bomberos vierten agua sobre ella. Como resultado, se forma una costra en la lava, haciendo que la operación sea un éxito. Sin embargo, Barnes teoriza más tarde que el magma sigue fluyendo bajo tierra a través de la extensión del metro de la Línea Roja y calcula que la erupción principal se producirá al final de la Línea Roja en el Hospital Cedars-Sinai. Tras calcular la velocidad de la lava que fluye, Barnes y Roark se dan cuenta de que la lava llegará al final de la Línea Roja en treinta minutos.

Roark diseña otro plan para demoler un edificio de condominios de veintidós pisos para bloquear la trayectoria de la lava y evitar que fluya hacia el hospital y el resto de la zona oeste de Los Ángeles. La lava llega al final de la extensión del túnel del metro y estalla del suelo en un enorme géiser. Dos hombres sacrifican sus vidas para detonar la última carga explosiva dando el visto bueno para encender las cargas. Roark ve entonces a Kelly cerca, tratando de recuperar a un niño pequeño que se ha alejado; los dos están en la trayectoria directa del edificio que se derrumba. Roark consigue a duras penas salvarlos de ser aplastados mientras el edificio se derrumba. El plan tiene éxito y la lava fluye directamente hacia el océano. Roark escapa de los escombros con Kelly y el niño pequeño aún vivos. El número de muertos es de casi un centenar de personas, con miles de heridos.

Empieza a llover y los supervivientes suspiran de alivio. La película termina con una vista del volcán y un gráfico que dice "Nombre: Monte Wilshire. Lugar: Los Ángeles, California. Estado: Activo", acompañado del inicio de la canción de Randy Newman "I Love L.A.".