Paula (Yohana Cobo) mata accidentalmente a el hombre que ella cree que es su padre, Paco (Antonio de la Torre), intente propasarse con ella. Su madre Raimunda (Penélope Cruz) esconde el cuerpo en el congelador en un restaurante cercano, que es propiedad de un amigo suyo que ha abandonado la ciudad y está tratando de venderlo. Un equipo de rodaje la ve allí y le pregunta si el restaurante está abierto, por lo que ella se hace cargo y se convierte en un gran éxito. Más tarde, ella entierra el congelador en el lugar favorito de su marido.

El padre de Raimunda murió en un incendio, con una mujer que todos asumieron que era su madre, Irene (Carmen Maura). Después del incendio, la tía de Raimunda, Tia Paula (Chus Lampreave), se volvió loca, pero de alguna manera todavía podía seguir viviendo sola con la poca ayuda de su vecina, Agustina (Blanca Portillo) y, según los aldeanos, el fantasma de Irene. Tia Paula muere la misma noche en que Paula mató a Paco, y debido a eso Raimunda envía a su hermana Sole (Lola Dueñas) al funeral sola. Cuando Sole regresa a casa, encuentra a Irene en el maletero de su coche y está convencida de que ella es un fantasma. Resulta que Irene nunca murió. El padre de Raimunda y Sole estaba teniendo un romance con la madre de Agustina, que Irene conocía y lo dejó. Cuando más tarde descubrió que el padre de Raimunda la violó y que Paula es su hija (lo que la convirtió tanto en la hija de Raimunda como en la hermana), provocó el incendio. La mujer enterrada con su marido es la madre de Agustina. Después de esconderse por un tiempo en casa de Sole, Irene es descubierta por Raimunda, a quien le revela la historia completa. Raimunda entonces la perdona por no saber sobre el incesto. Al final, ella se muda para cuidar de Agustina, que tiene cáncer. Tanto Sole como Agustina todavía creen que es un fantasma.

En general, las dos historias de incesto y el posterior asesinato del padre abusador sirven para reunir a todas las mujeres de la familia.