Bryan y Cassie son una pareja que decide alojarse en una casa en Umbría. Intentan arreglar su relación, después de que Cassie fuera sorprendida manteniendo relaciones sexuales en estado de embriaguez con un compañero de trabajo. Desde entonces, Bryan se ha vuelto impotente. Cassie sale a correr y se cae y se lesiona el tobillo. Hace señas a un camión que pasa, y un hombre apuesto llamado Federico se detiene y la ayuda. La lleva de vuelta y se ofrece a llevarla a la ciudad al día siguiente. Aceptan y pasan un incómodo viaje al día siguiente. Bryan acusa a Cassie de no ser capaz de ver cómo Federico la mira con lujuria; disgustada, Cassie se marcha para volver a la casa. Bryan se emborracha en un bar y Federico se une a él. Federico invita a dos señoras a ayudar a Bryan a volver a un hotel. Bryan y las dos señoras acaban teniendo sexo. Bryan, debido a que Federico drogó subrepticiamente su bebida en el bar, no recuerda nada de esto y toma un taxi para volver a casa.

Se demuestra que Federico tiene cámaras secretas por toda su casa, y los está vigilando en secreto. Federico empieza a aparecer cuando Bryan no está, y Bryan descubre que Federico no es su vecino, a pesar de sus afirmaciones. Le amenaza con decírselo a Cassie, y Federico le amenaza diciéndole que le dirá a Cassie que se acostó con las dos señoras estando borracho. Bryan lo niega y finalmente le dice a Cassie que Federico no es quien dice ser y que no le deje visitarle. Cassie piensa que Federico no es más que amable, hasta que Federico les cocina un guiso de conejo y les cuenta de forma escalofriante lo mucho que le gusta cazar.

Federico ve a través de sus cámaras que Bryan y Cassie se reconcilian y planean tener sexo; asqueado, atrapa a Bryan en el sótano y deja una nota para que Cassie se ponga una venda en los ojos. Cassie, pensando que la nota era de Bryan, lo hace. Federico la besa y la manosea mientras se graba a sí mismo haciéndolo, y luego, al oír que Bryan se escapa, pone un vídeo para reproducirlo. Al mismo tiempo, deja el teléfono de Bryan cerca de Cassie para que lo coja. Cassie ve un vídeo de Bryan y las dos mujeres teniendo sexo en el hotel. Molesta, se viste y va hacia Bryan, y tienen una pelea, cada uno acusando al otro de infidelidad.

Cassie lanza su teléfono a Bryan, pero no le da y golpea un espejo, revelando una cámara oculta. Se dan cuenta de que Federico les está observando en secreto y entran en pánico. Federico, observando, ve que se han dado cuenta y se acerca. Suplican que los deje ir, pero Federico ataca a Bryan con un cuchillo. Luchan, y Cassie coge un bastón y golpea a Federico. Aturdido, éste cae y ella sigue golpeándolo hasta que muere. Bryan la detiene y le dice que caerá por asesinato pero que él la ayudará. Un coche se detiene y Bryan le dice que limpie la sangre y que él esconderá el cuerpo.

El visitante resulta ser Eduardo, el dueño de la casa al que Bryan llamó antes para quejarse de Federico. Bryan le dice que todo estaba bien ahora y Eduardo le pide que revise la casa. Eduardo va a comprobarlo y Bryan y Cassie entran en pánico, preguntándose qué hacer. Deciden acercarse sigilosamente a Eduardo y matarlo también.

Mientras tanto, Eduardo va a comprobar los ordenadores desde donde se alimentaban las cámaras, revelándose como cómplice de Federico. Rebobina las cintas y ve a Cassie matando a Federico, y va y le pide que confiese. Ella lo niega mientras Bryan se acerca sigilosamente. De repente, Eduardo se gira y apunta a Bryan con una pistola, acusándoles de asesinato. Ellos lo niegan y Cassie apuñala a Eduardo. Éste cae y Bryan coge la pistola y dispara a Eduardo.

Bryan encuentra la sala de ordenadores y ve que los dos han estado grabando a muchas parejas. Bryan quema las cintas fuera y él y Cassie entierran los cuerpos. Destruyen las cámaras, pero lo que no saben es que no han descubierto todas las cámaras. Se prometen mutuamente no contar nunca lo sucedido. Luego, finalmente, tienen sexo. La película termina con gente de todo el mundo viéndolos enterrar los cuerpos y horrorizándose.