El 11 de septiembre de 2001, miembros de la policía de la Autoridad Portuaria son enviados al centro de Manhattan en respuesta a que la Torre Norte del World Trade Center ha sido alcanzada por un avión. Los agentes se enteran por el camino de que la Torre Sur también ha sido alcanzada por otro avión. El sargento John McLoughlin, veterano del atentado de 1993, reúne a un grupo de voluntarios, entre los que se encuentran los agentes Will Jimeno y Dominick Pezzulo, para recuperar el equipo de rescate del edificio 5.

Cuando los agentes se preparan para entrar en la Torre Norte desde el vestíbulo, la Torre Sur comienza a derrumbarse sobre ellos, y McLoughlin se da cuenta de que su única posibilidad de sobrevivir es refugiarse en el hueco del ascensor. McLoughlin, Jimeno y Pezzulo son los únicos supervivientes, pero están atrapados bajo los escombros. Pezzulo intenta liberar a Jimeno, cuya mitad inferior está inmovilizada, pero no lo consigue. McLoughlin, que también está atrapado, escucha impotente cómo la Torre Norte comienza a derrumbarse. Pezzulo resulta mortalmente herido cuando una losa de hormigón le aplasta el torso, pero consigue disparar su arma de mano una vez al aire, en un intento de alertar a los rescatadores sobre su paradero justo antes de morir. Jimeno y McLoughlin pasan dolorosas y aterradoras horas bajo los escombros contándose sus vidas. Mientras tanto, sus familias intentan saber si siguen vivos.

Cuando el edificio 7 se derrumba, ambos gritan y aceptan su muerte, pero sobreviven sin sufrir más daños. McLoughlin intenta mantener despierto a Jimeno animándole a que tire repetidamente de una tubería metálica que podrían escuchar los posibles rescatadores. Pasan las horas y McLoughlin entra y sale de la conciencia. Ambos acuerdan seguir vivos por el otro.

Dos marines de Estados Unidos, Dave Karnes y Jason Thomas, que están buscando supervivientes, oyen el ruido producido por Jimeno y encuentran a los hombres, pidiendo ayuda para sacarlos. Tras horas y esfuerzos por parte de los socorristas, Jimeno es rescatado primero, y horas después McLoughlin es sacado de entre los escombros en estado crítico. Ambos hombres se reúnen con sus familias en el hospital y se someten a tratamiento médico, incluyendo extensas cirugías, y McLoughlin es colocado en un coma inducido médicamente.

En 2003, Jimeno y McLoughlin, ambos retirados del servicio por motivos médicos, asisten a una barbacoa de celebración con sus familias. El epílogo revela que ambos hombres fueron dos de las veinte personas encontradas vivas en la Zona Cero, y que eran los números dieciocho y diecinueve, respectivamente. David Karnes se reenganchó a los Marines y sirvió dos veces en la guerra de Irak.