Eli Cohen fue un espía israelí que se introdujo en el gobierno de Siria a través de la fachada de un hombre de negocios alegre.

Tuvo tanto éxito que, según los informes, se hizo amigo de Amin Al-Hafiz (Waleed Zuaiter), quien más tarde se convirtió en presidente, y, como lo muestra la serie, incluso atacó activamente posiciones fortificadas sirias para el ejército israelí plantando árboles "para dejar que los soldados tengan algo de sombra ". Las fuerzas israelíes usaron los árboles como marcadores en las redadas durante la Guerra de los Seis Días.

Cohen era un judío nacido en Egipto que se unió a la inteligencia militar israelí y acabó desilusionado trabajando como archivador.

Más tarde se unió al Mossad (otra agencia de inteligencia militar israelí) y se le dio la falsa identidad del empresario sirio "Kamel Amin Thaabet", quien, según los informes, regresaba a Siria después de vivir en Argentina

De hecho, Cohen se mudó a Buenos Aires en 1961 para hacer plausible su tapadera, antes de viajar a Siria en 1962 e infiltrarse en el gobierno. Organizaría lujosas fiestas donde pondría alcohol y mujeres a disposición de los funcionarios mientras transmitía secretamente lo que pasaba a sus superiores en Israel. A medida que ascendía de rango, comenzó a adquirir información clasificada.

Cohen viajó en secreto a Israel solo tres veces en cuatro años, y se mostró reacio a regresar a Siria en la última ocasión porque sabía que el jefe de inteligencia Ahmed Su'edani (Alexander Siddig) desconfiaba de él.

Los sirios, sabiendo que había un topo entre ellos, obtuvieron ayuda de sus aliados soviéticos y mantuvieron silencio de radio con la esperanza de recoger transmisiones ilícitas utilizando tecnología prestada.

Cohen fue interceptado a mediados en Enero de 1965 y condenado por espionaje por un tribunal militar. A pesar de la intervención de la ministra de Asuntos Exteriores de Israel, Golda Meir, los gobiernos de Francia, Bélgica y Canadá e incluso el Papa Pablo VI, Siria ejecutó a Cohen en mayo de 1965, colgándolo en público en Damasco con una túnica blanca con su sentencia escrita.

Siria todavía se niega a entregar el cuerpo a su viuda, pero ella reveló que Mossad había logrado conseguir su reloj de pulsera en 2018 y devolvérselo.

En abril de 2019, varios medios de comunicación informaron que una delegación rusa había logrado devolver su ataúd a Israel. Esa información se sigue sin confirmar.