Dado que ya se ha confirmado la segunda temporada (y, de hecho, la tercera) de Light the Night, no se puede esperar que el final lo revele todo. Dicho esto, sí que revela algo muy importante: la identidad de la víctima. Esto cambia la cuestión dramática central de quién fue asesinada (fue Sue) a quién lo hizo (podría haber sido prácticamente cualquiera). A pesar de todas las tendencias melodramáticas de la serie, en el fondo se trata de un misterio de asesinato que es realmente convincente por su imprevisibilidad. Con tantos sospechosos viables, será difícil para aquellos que estén interesados no sintonizar el mes que viene para averiguar lo que ocurre a continuación.

Al comenzar el episodio se nos recuerda que todos, desde Ah-Chi hasta Aiko, tienen motivos para haber matado a Sue, desde que le "robó" el Sr. Nakamura a la primera hasta que le arruinó la vida familiar a la segunda. La política interna de Light Bar es complicada en el mejor de los casos -está todo el asunto de un robo en este episodio, básicamente porque sí-, así que no faltan motivos para acompañar a todos esos sospechosos. Sin embargo, entre todo esto, Ah-Chi emerge como la candidata más probable, al menos a mis ojos. Droga a Nakamura y se acuesta con él, lo que hace que Sue diga que se va a Japón sin él cuando lo descubre, pero Nakamura le propone matrimonio a Sue delante de todos -¡con un anillo de diamantes! - por lo que Ah-Chi está visiblemente incandescente de rabia.

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Pero siempre está Rose. Después de todo, Light the Night ha girado en torno a la relación entre estos dos, y aunque parte del final da a entender que han arreglado sus diferencias, parece algo simbólico. El hecho de que Light the Night termine con Rose mirando el cuerpo de Sue sugiere que su relación va a seguir siendo muy importante en la segunda y tercera parte, y ciertamente no podemos descartarla como sospechosa sólo porque haya candidatos más probables. Rose sin duda vende su dolor al ver el cuerpo de Sue, pero no se dirige un club en el barrio rojo sin aprender a convocar algunas lágrimas de cocodrilo.

Sin embargo, lo que no es ambiguo es el hecho de que Sue fue asesinada, inevitablemente por alguien que conocía. Esto sitúa a la segunda temporada en muy buena posición, permitiendo que los siguientes ocho episodios den el pistoletazo de salida al drama sin tener que preparar el escenario y presentar a los principales actores. Aquellos que disfrutaron de esta salida -y estoy seguro de que, a pesar del melodrama, habrá varios- sin duda se fijarán en la siguiente. Aunque esta primera temporada no ha sido perfecta, no se puede decir que no haya cumplido su objetivo principal.